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viernes, 11 de diciembre de 2009

VIAJES EN EL TIEMPO

"Un ruido indescriptible"
En septiembre de 1968, el señor R.A. Eades informó a la SPR de unas vacaciones que había pasado en Francia con su familia, a fines de agosto de 1951. En el curso de estas vacaciones, una noche que se hallaban acampados al este de Dieppe fueron despertados por un "ruido indescriptible, que continuó durante varias horas". La familia Eades discutió lo que oía y comparó el ruido con "un zoológico enloquecido", "una feria", "el recreo de una escuela amplificado y distante". Sin embargo, estaban convencidos de que no se trataba de ninguna de estas cosas, y al día siguiente se enteraron en la ciudad de que una draga había estado trabajando en la bahía. La máquina seguía allí, ahora inactiva.

Después de una prolongada correspondencia acerca del caso, éste fue reexaminado por un investigador independiente en 1969. Revisó todos los detalles con cuidado; puso en duda algunos de los principales puntos del relato, y puso de relieve otros, como por ejemplo la coincidencia con el aniversario del salto temporal de Versalles. Todo ello evidenció que la historia de la incursión a Dieppe, tal como la contaron Agnes y Dorothy, contiene algunas inexactitudes. Pero lo mismo sucedió con la versión Moberley-Jourdain de Versalles.

Las experiencias paranormales extendidas casi nunca coinciden totalmente con los hechos conocidos. Esto puede suceder porque mientras está presente un elemento paranormal -o sea, que se recibe información a través de fuentes extrasensoriales - las fuentes sensoriales también están transmitiendo información "normal".

Pero la cuestión sigue en pie: las dos experiencias, la de Moberley y Jourdain y la de las Norton, ¿fueron genuinamente paranormales? Lo cierto es que, a pesar de sus puntos comunes, ambas experiencias tuvieron características diferentes. La de Moberley y Jourdain fue auditiva y visual, mientras la de las Norton fue sólo auditiva. Además, en Versalles las dos mujeres no sólo hablaron a las personas que vieron, sino que recibieron respuestas (del caballero que les indicó la casa, por ejemplo, y del lacayo que se ofreció a enseñarles el camino). Agnes y Dorothy Norton, en cambio, eran simplemente un público; no desempeñaron ningún papel activo en el drama invisible que se representaba más allá de su balcón.

Moberley y Jourdain no parecían tener una idea clara de lo que encontrarían en el Pequeño Trianón. Poseían un conocimiento general de la historia de Francia en el siglo XVIII y de la vida de María Antonieta en Versalles, pero su visita al castillo de la reina fue sugerida principalmente por la posibilidad de dar un agradable paseo por los jardines en una tarde tibia.

En cuanto se acercaron al Pequeño Trianón, la excursión perdió todo el encanto. Las dos mujeres se sintieron deprimidas y desorientadas. Tuvieron dificultades para encontrar el camino por los bosques y los senderos. Lo extraño de la gente que encontraron -el hombre del kiosco, los corredores invisibles, el caballero, el lacayo, la dama con el fichú- las inquietaron. Su relato de los acontecimientos de esa tarde, aunque fue escrito tres meses después, respiraba todavía esa inquietud. Si hubieran tenido la intención de engañar, de inventar una historia plausible o de perpetrar un fraude deliberado, seguramente hubiesen cuidado más los detalles de su relato.

En cuanto a la experiencia de Agnes y Dorothy Norton en Puys: ellas poseían también un conocimiento meramente general de la historia de la zona. Sin embargo, estuvieron tres horas en su balcón escuchando los ruidos de una batalla invisible que se desarrollaba en la playa de Dieppe, cuyos detalles coincidían en general con otros relatos de la famosa incursión de 1942. Su experiencia no es única: otros observadores se han encontrado con representaciones de batallas de otros tiempos.

VIAJES EN EL TIEMPO,

Según los testigos: ¿Qué eran los inquietantes ruidos que escucharon dos inglesas en Puys en 1951? ¿Serían, como creyeron ellas, un "replay" de la desastrosa incursión sobre Dieppe durante la segunda guerra mundial?
Al comenzar el siglo, dos damas inglesas, las señoritas Jourdain y Moberley, se vieron en vueltas en una "aventura" en el Pequeño Trianón, en Versalles, donde creyeron sufrir una prolongada alucinación sobre la vida en el palacete en la época de su apogeo. Fue un caso poco corriente y, sin embargo, exactamente medio siglo después, otra pareja de inglesas, a las que llamaremos Dorothy Norton y Agnes Norton para guardar su anonimato, experimentaron una alucinación similar.

Ellas también estaban de vacaciones en Francia, en Puys, un pueblecito cercano a Dieppe. A las 5 y 20 de la madrugada del 5 de agosto de 1951, Agnes se despertó y preguntó a Dorothy: "¿Oyes ese ruido?" Dorothy lo oía: de hecho lo había estado escuchando desde hacía "unos veinte minutos", según el relato que escribió después. Las dos mujeres se quedaron despiertas y escucharon los extraordinarios ruidos que parecían provenir de la playa. Dorothy los describió después como "un rugido que disminuía y aumentaba". Finalmente, encendieron la luz y salieron al balcón, pero no pudieron ver la costa ni descubrir la fuente de los sonidos.

Los ruidos eran cada vez más fuertes. Las dos mujeres pudieron distinguir diferentes tipos. Dorothy identificó "gritos, cañonazos y bombarderos en picado", además de un bombardeo ocasional; según Agnes, los sonidos eran una mezcla de "cañonazos, granadas, bombarderos en picado, lanchas de desembarco y gritos humanos". Agnes declaró también que "todos los sonidos parecían llegar desde muy lejos, como en una transmisión por radio desde Estados Unidos, por ejemplo, en inconfundibles ondas de sonido".

Mientras escuchaban los ruidos, las dos mujeres llegaron gradualmente a la conclusión de que el origen de éstos debía ser paranormal. Para Dorothy las experiencias psíquicas no eran nuevas; había tenido varias anteriormente, aunque sólo una había sido sólo auditiva, como ésta. Había ocurrido cinco días antes. Dorothy había despertado a causa de un ruido similar, pero más débil. "Al final -dijo- me pareció oír hombres cantando." Los sonidos se acallaron cuando cantó el gallo, y se volvió a dormir. Pero Agnes no había oído nada, y no despertó.

Más tarde, los críticos que no aceptaron la experiencia de las dos mujeres como paranormal llamaron la atención sobre un punto. Dorothy y Agnes tenían a su disposición una guía que contenía un breve relato de la desastrosa incursión sobre Dieppe que habían realizado las fuerzas aliadas el 19 de agosto de 1942. Ambas mujeres admitieron ante los investigadores que conocían la existencia del relato de la guía, pero no lo habían leído antes de aquella noche. Los críticos señalaron que hacia más de una semana que estaban en Puys cuando ocurrió su experiencia; era raro que no hubiesen sentido curiosidad por la incursión, cuyo escenario estaba muy cerca de su hotel.

Mientras estaban en el balcón, a lo largo de tres horas, ambas tomaron nota detallada de los momentos en que escuchaban diferentes tipos de sonidos. Al día siguiente escribieron relatos separados, en los que aparecen pequeñas variantes; por ejemplo: aunque ambas dicen que la primera serie de ruidos cesó a las 4,50, Agnes afirmó que la segunda serie había empezado a las 5,07,. mientras Dorothy dijo que fue a las 5.05. Cada una tenía su propio reloj, pero admitieron que el de Agnes solía ser más exacto, ya que el de Dorothy atrasaba algo.

Los investigadores G.W. Lambert y K. Gay, de la Society for Psychical Research (SPR), establecieron un cuadro detallado en el que comparaban el relato y las observaciones de las dos mujeres con lo sucedido durante la incursión sobre Dieppe. Los acontecimientos del 19 de agosto de 1942 comenzaron a las 3,47 de la madrugada. La hora cero para el desembarco de carros de combate en Puys y Berneval tendría que haber sido a las 4,50, pero se produjo una demora. La primera ola de barcazas llegó a Puys a las 5,07, y a las 5,12 los destructores habían empezado a bombardear Dieppe. La fuerza principal desembarcó a las 5,20. Los edificios de la costa ya estaban siendo atacados por los Hurricane de la RAF, que llegaron a las 5,15. A las 5,40 terminó el bombardeo. Exactamente 10 minutos después llegaron 48 aviones más de la RAF y se unieron a la batalla.

Estos detalles cronológicos fueron tomados por Lambert y Gay de un relato de la incursión totalmente desconocido por las dos mujeres.